Puntualmente se puede convertir en siempre.

Durante la noche llenaba su mente de espejismos efímeros.

Arrugaba la nariz a la hora de despegar los ojos de la almohada, entreabiendolos y comprobando que se desvanecían.

Flotaba de una habitación a otra, cerrando las puertas a su paso.

Sentía los expontaneos abrazos alrededor de su cuerpo, para darse cuenta ,más tarde, que sólo se trataba de espíritus que ya habían marchado hacía siglos. Aún así , en muchos momentos del día, era incapaz de identificar la realidad mezclándola con la ficción hasta el punto de confundirlas.

De este modo pasaba las horas, escondiendose de su verdadera cara, buscando besos furtivos en los pasillos, acurrucandose en la cama a la espera de un cuerpo en el que posarse...enloqueciendo entre las paredes forradas de pensamientos.

Con el paso del tick tack y absorta en su propio mundo comenzó a crearse una fantasía de la que jamás consiguió emerger.

Y es que el tiempo puede traicionarnos, jugar con nosotros matando las horas en cualquier momento.