Y ahora, ¿qué?

- Papá, ¿qué hay detrás del muro?-

Sus ojos miel se movían inquietos a través de las grietas

- ¿Quieres descubrirlo por tí misma?

Dudó por un momento, e incluso intentó olvidar su deseo, pero la curiosidad siempre había sido su peor enemiga.

- ¿Es posible querer y no querer al mismo tiempo?

- Claro que es posible, de hecho, es lo que nos pasamos haciendo toda la vida. Querer o no querer, esa es la cuestión.

Se quedó absorta, intentando poner en orden sus pensamientos. Cuando se vio cogiendo impulso, ya era demasiado tarde. Ni siquiera había pensado qué era lo que realmente quería.

Escaló durante horas, días, meses y años. Memorizó el tacto de las rocas, y creció rodeada de pájaros que buscaban un mundo mejor.

Y cuando estuvo a punto de llegar a la cima, paró, contuvo la respiración como nunca lo había echo. Los músculos quedaron flojos, cansados, y entonces, justo entonces, fue cuando realmente el miedo la caló hasta los huesos. Miró hacia abajo y sintió vértigo, añorando el suelo y temiendo al cielo, al otro lado.

- Ahora, que ya estoy aquí, ahora, que ya llegué, es imposible bajar, ya que si vuelvo hacia atrás caeré de espaldas y me convertiré en polvo. En cambio, si sigo hacia delante, lo encontraré todo de frente, e incluso puede, que halle una escalera.

Sólo pido, que me cuenten qué hay al otro lado, que ya soy vieja para sorpresas. Por favor.