"En la vida hay poco espacio para los susurros -me decía-.
Yo he recibido tres o seis minutos de susurros. Frases muy cortas de hombres en momentos muy puntuales: “Te amo..no te olvidaré…”
Los susurros son tan potentes que deberían prohibirse en la cama. Alli todos mienten, absolutamente todos.
Nunca susurres en la cama y menos cuando tengas sexo- me repitió con voz susurrante una vez en un taxi camino del aeropuerto de Pekín."
(Albert Espinosa.)
Me fascina la capacidad que tiene este magnífico escritor para contar las cosas más pequeñas.
Y es que no hay forma más sincera de relatar una experiencia tan cotidiana como los llamados "susurros" tal y como él lo hace.
Algo tan sumamente pequeño e integrado por completo en nuestra vida diaria: el cine, las bibliotecas, o simplemente para mantener un secreto a salvo, pero en ninguna de las situaciones llegamos a darles tanta importancia como verdaderamente portan ya que a veces solemos confundirlos con "hablar bajito"; y es que susurrar puede llegar a ser un arma verdaderamente potente desvinculada totalmente de ese término.
Una herramienta para llegar al alma si lo llevamos a cabo de la manera correcta.
Me ha gustado.
ResponderEliminarMucho.
Besoss
Estupendo. Y muy cierto. Deberían dar clases particulares de susurros...
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