No sé si últimamente me pesan más los días, las horas, o todo aquello que me rodea. Me comería a todo el mundo...ÑAM! y así, no tendría problema existente al que enfrentarme..
Paranoyas a parte, y aclarando, que de repente se ha puesto a llover como si el mundo fuera a acabarse (nunca entenderé la primavera y sus cambios de tiempo repentinos.. creo que por eso me gusta tanto.. por lo que nos parecemos), no deja de sorprenderme el mundo, y sobre todo, la esperanza de muchos.
Ayer leía en el último libro de "Espinosa", una frase que me dejaba con la boca abierta, y es que este autor no para de abrirme los ojos con todo lo que escribe.
Hablaba sobre la capacidad que tenemos las personas para parar el mundo cuando queramos, y de la necesidad de hacerlo para poder llegar a mejorarlo y no solo eso, sino también mejorarse a uno mismo. Finalmente, llegaba a la conclusión de cómo el mundo también premia a todos aquellos que lo mueven.
Esto me ha echo pensar bastante, y ser aún más consciente de la necesidad que siento por hacer algo de este calibre, por implicarme en una causa con toda la fuerza que llevo guardada desde hace tiempo, y que con la excusa de la falta de tiempo, nunca consigo canalizar.
Y los últimos acontecimientos llevados a cabo por toda esa masa de jóvenes luchadores que piden a gritos una política justa en este país, una eliminación de ese odioso bipartidismo en el que nos vemos hundidos día a día...esas personas, se han sumado también a esa necesidad ferviente por hacer algo a favor del mundo.
Sé que primeramente, tengo que comenzar por cambiar mi visión de las cosas, terminar esta fase en la que me veo sumergida y ahogada hasta el cuello...y después se verá..
Realmente me pone la piel de gallina la fuerza con la que tantas personas se están asentando a lo largo y ancho de muchas ciudades. Por fín, alguien, y muchos, comienzan a hacer algo.
¡ANIMO!
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