Normalmente, y de forma inconsciente, intentamos escondernos de aquello que no nos deja dormir.
Apagamos la lucecita que nos dice que "algo no va bien", e intentamos proseguir con nuestro día a día agotando las energías hasta el límite.
Y de repente un día caemos en la cuenta que no somos felices, que tenemos que hacer algo para cambiarlo todo. Ya conlleve decir adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario