"Siempre se llega a alguna parte si se camina lo bastante"
(Alicia en el pais de las maravillas)


9/2/11

Vermella

Últimamente el día me come con ganas.
Me traga poco a poco al sol de la Alameda de Hércules.

Desde luego, después de casi un mes sin sentir el placer del calor en mi piel me encuentro mejor que nunca.

Pim!pam!. Aún mantengo la manía de saltar las baldosas rojas, como si de rojo magma se tratara, y pudiera achicharrarme con tan solo tocar su borde.
Los obreros me observan boquiabiertos al paso de mis maniobras, silban, relinchan algún que otro piropo sevillano de los que tanta gracia me hacen, y aunque no quiero sonreir, lo hago, no se si por vergüenza o por salero.

Caminando a la luz del mediodia, recorriendo avenidas plagadas de caras extrañas, y amedrentando a las palomas que se cruzan en mi camino.
¡Como amo los días de invierno que quieren ser primavera! Se esfuerzan incondicionalmente por brindar a la muchedumbre de sonrisas cálidas, helados de azahar, y sabor a un verano próximo con altas temperaturas.

Y no niego que normalmente me queje del mínimo aparcamiento, los días grises, las prisas, y todo lo que se me cruza por la cabeza, pero tengo que admitir que Sevilla, a veces, tiene un "coló espesiá"

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