Por ello es mejor callar, un pensamiento nítido no aclara a cualquiera.
Y yo siempre fui de crêpes con chocolate. Cargados de palabras.
A veces, el silencio se convierte en tu mejor amigo, y sólo a veces comprendes la verdadera importancia de ello.
Y si no eres lo suficientemente avispado como para hacerlo, corres un grave problema.
A veces, y sólo a veces, me surge la incesante necesidad de explicar y maldecir al mundo por todo lo que me atormenta. Pero a veces, y sólo a veces, me pregunto por la enorme tontería donde se sumergen mis dudas.
En ocasiones, tengo que admitir que también pienso en tí, pero no a veces, simplemente, en ocasiones.
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