Casi que me resulta más extraño que nunca volver a casa (u a casa de mis padres, basicamente)
Todo sigue igual. El mismo olor a hogar. A croquetas caseras. A pudin de nueces.
Las paredes lilas. Entre las cuales me encerré a lo largo de tantos días.
La colección de recuerdos. Repartidos en cada mecha que prende al final de la estantería.
Y es que aún es más raro cuando sabes que no volverás. Que las visitas sólo sean una excusa para consolar a tu madre de que sigue teniendo una hija (aunque sea al otro lado del mundo). Que ya hayas elegido tu camino, y que sepas, fervientemente, que tu lugar no está en un pueblo rodeado de caminos. Que te guste volver, ya sea por poco tiempo, y reencontrarte con amigos de toda la vida. Y que te guste un poco menos tener que explicar la misma historia mil veces al día. Que te cuenten como "menganito" y "setanito" se han marchado con lo puesto a descubrir mundo, y como "fulanita", por contra, amamanta ya a su segundo hijo.
En resumidas cuentas, que todo sigue su curso natural (como las margaritas en enero), aunque tu hayas decidido interrumpirlo y seguir con el tuyo propio.
supongo que esa es la magia del hogar de la infancia...que volvemos y todo sigue igual...a mi me pasa lo mismo...y al final piensas hay cosas que nunca cambian!!
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